En casi todos los aspectos de la vida hay cosas que no probamos debido a ciertas ideas preconcebidas y las empresas, no son ajenas a ellas. Por supuesto, hay temas sobre los que circulan más mitos que otros, pero siempre deberíamos dedicar algo de tiempo a la investigación antes de descartar (o realizar) alguna actividad más desconocida. Iniciarse en los fondos de inversión es una de esas actividades sobre las que todos tenemos muchas ideas que no siempre son ciertas.
En CEDEC creemos que las pymes deberían tener en cuenta la posibilidad de la contratación de un fondo de inversión, ya que en algunos casos puede ser beneficioso para la compañía. Por esta razón, nos ha parecido interesante compartir el siguiente artículo aparecido en Cinco Días, en el que se desmontan diez mitos sobre este tipo de producto.
Esos mitos, recopilados por la asociación de gestoras de fondos de inversión (Inverco), son los siguientes:
- Son solo para ricos. ¿Hay que tener mucho dinero para destinar parte de nuestros ahorros a un fondo de inversión? En contra de la creencia popular, esto no es así. Según los datos del Observatorio Inverco, el 36% de las personas con un fondo acumula en el menos de 20.000 euros. Algunos fondos de inversión, los muy especializados, exigen una inversión mínima, pero esto no es así para la mayoría. Eso sí, cuanto mayor sea la inversión, menores serán las comisiones.
- Es un producto con mucho riesgo. Se trata más bien de un instrumento de ahorro, y es posible apostar por activos de poca volatilidad (bonos del Estado, depósitos de bancos…). El 58% del dinero que había en fondos de inversión a finales de 2015 estaba en renta fija, y solo el 12% en renta variable.
- No ofrecen garantías. Al igual que los depósitos bancarios tienen el aval del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), los fondos tienen el Fondo General de Garantía de Inversiones (Fogain), creado para indemnizar a los inversores si una gestora quiebra. Lo que no cubre son las bajadas del producto en el que se invierta.
- Solo son de fiar los fondos de los grandes bancos. Todos los fondos de inversión están administrados por una gestora, sociedad supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Es importante tener en cuenta que el fondo es una inversión colectiva independiente de la sociedad que lo gestiona: importan las decisiones de la gestora sobre el fondo, pero no del tamaño o solvencia del grupo.
- No se sabe en qué invierten. Los fondos de inversión no pueden invertir en cualquier activo: las gestoras deben informar a la CNMV y a los inversores cada vez que comercializan un nuevo producto, ofreciendo así limitaciones y garantías: los fondos monetarios solo pueden invertir en bonos sencillos; los de renta fija no pueden tener ninguna exposición a Bolsa; los de gestión pasiva deben basarse en replicar la evolución de un índice bursátil…
- Es un dinero del que no se puede disponer. Los fondos de inversión tienen plena liquidez: puedes convertir en efectivo tu participación en el fondo en cualquier momento (el proceso tarda un par de días). Sí puede haber problemas si se derrumba el mercado y todo el mundo quiere recuperar su participación, pero solo ocurre en fondos especializados y en situaciones límite. Hay, además, una normativa internacional pensada para evitar esto.
- ¿Cómo fiarse después de lo de las preferentes? Los fondos de inversión no tienen nada que ver con este tipo de productos: invierten en una cartera diversificada de productos, deben invertir en mercados líquidos, y tienen un equipo gestor que revisa las inversiones.
- Escoger mal es peligroso. No existe un peaje fiscal en los traspasos, es decir, los inversores pueden decidir cuando quieran cambiar de producto contratado sin que las plusvalías que haya generado su inversión computen en el Impuesto de la renta. Sí hay que ajustar cuentas con Hacienda cuando se decida convertir las participaciones en efectivo.
- Solo se puede contratar en la oficina del banco. Si bien el 71% de los fondos de inversión se siguen contratando con el gestor del banco, ya hay un 25% de usuarios que lo hacen a través de la web o mediante plataformas que permiten contratar fondos de muchas gestoras.
- El producto conlleva muchos gastos. Los fondos de inversión llevan asociadas comisiones, unas explícitas (comisión por reembolso, por ejemplo) y otras implícitas (gastos de gestión) y, si bien es cierto que en España los fondos de inversión tienen un nivel de gastos muy alto comparados con los de otros países, poco a poco esta tendencia se está reinvirtiendo con la aparición de competidores que ofrecen comisiones más bajas.
En CEDEC, Centro Europeo de Evolución Económica, creemos que las empresas deberían valorar si les compensa contratar un producto de este tipo como medio de ahorro a medio y largo plazo. Saber siempre qué tenemos a nuestro alcance y si nos conviene o no, ayuda a sentar las bases para alcanzar la Excelencia Empresarial con más rapidez.
Imagen CNMV
Lo mejor del artículo el reparo apuntado de tipo psicológico “¿Cómo fiarse después de lo de las preferentes?” Para el gran público -en un mercado de ahorradores acostumbrados a libretas de ahorro con edredón, bateria de cocina etc. (con retención)- el efecto de la desconfianza puede ser dinamitador.
La única solución sería un poco más de cultura financiera mínima, el objeto preferente de inversión -por ese desconocimiento- sigue siendo y seguirá siendo probablemente (también por razones de psicología colectiva) los inmuebles.
Como en cualquier otro proceso de compra, el conocimiento técnico que el comprador posea sobre el bien o servicio objeto de la compra fija los criterios para la toma de decisiones. Cuando el comprador no es un técnico deberá asesorarse por uno para asegurar la rentabilidad y el retorno de la inversión. Cuando el “vendedor” es un profesional suele ser una parte clave en el proceso de compra pero su éxito se basa en la confianza que sepa generar con el comprador (engañar al comprador no tiene futuro).
La contratación de productos financieros no es una excepción a este criterio. La diferencia está en que la confianza en el “vendedor” de banca no está en su mejor momento. Sin embargo, en mi opinión, no se puede pretender suplir esta situación con una mayor ”cultura financiera” del comprador sino mejorando la profesionalidad de los empleados de banca y una mayor protección del consumidor en el proceso de compra (como ya disfruta en la compra de bienes y servicios).
Saludos
Hola os sigo desde hace tiempo, pues un amigo me recomendó esta página. Me ha gustado mucho el artículo, pues estoy bastante interasasdo en el mundo de las finanzas, otro de los temas que me apasiona es el mundo del Bitcoin, pues está teniendo gran auge y casi nadie habla. Un saludo!